Se evaluó la resistencia a la corrosión en ambiente salino del acero 1020 recubierto con aluminio por medio de rociado térmico por arco eléctrico y después se aplicó una pintura poliaspártica. Se observó que este sistema presenta una protección en estos ambientes, reduciendo la velocidad de corrosión, en comparación con un sistema de pintura bicapa, el cual consistía en una capa rica en zinc y otra capa de pintura poliaspártica. Se realizó la caracterización del recubrimiento por medio de Microscopia Electrónica de Barrido (MEB) para analizar su comportamiento con respecto al sustrato y a la pintura para conocer variaciones en propiedades como adherencia, topografía y homogeneidad. Se observó que las probetas recubiertas con aluminio por rociado térmico presentan una mayor resistencia a la corrosión en cámara salina que las probetas que no fueron recubiertas y solo estaban protegidas por el sistema bicapa de pintura, aunque la pintura sin rociado térmico tuvo un buen desempeño ya que no falló durante el tiempo estipulado para en ensayo en cámara de niebla salina.
Introducción
La protección del acero contra la degradación por corrosión o desgaste es muy importante para reducir los costos mediante la preservación de la estructura y aumentar su vida útil. El acero estructural tiene baja resistencia a la corrosión salina y se necesita protegerlos por medio de tratamientos superficiales a través de recubrimientos con otros materiales tales como metales, cerámicos o polímeros. Los recubrimientos tienen como función la protección de las estructuras de acero mediante la prevención de su contacto con el medio corrosivo, a través de lo que se conoce como protección de barrera, siendo el aluminio y sus aleaciones muy utilizados debido a su buena resistencia a la corrosión, en particular en ambiente húmedo donde se forma una capa hidratada (Al2O3 3H2O), que mejora la resistencia a la oxidación del metal. Para producir este tipo de revestimientos de aluminio sobre sustratos de acero se puede realizar por Deposición Física de Vapor (PVD), Deposición Asistida por Haz de Iones (IBAD), Deposición Química de Vapor (CVD) y rociado térmico, entre otros. La ventaja del rociado térmico es que se pueden obtener revestimientos más gruesos (cientos de micras), para la protección contra la corrosión en ambientes salinos o marinos [3-6].El rociado térmico es un proceso para añadir a un metal capas del mismo material o de otros metales, donde la combinación resultante puede tener mejores propiedades físicas, mecánicas, químicas o costos más económicos que el material uniforme.
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