Un reciente informe de McKinsey muestra que un estimado de entre 20% al 30% de los trabajadores en edad laboral en Estados Unidos y Europa son empleados autónomos o independientes. ¿Cómo se está dando esta transformación digital? ¿Cómo afecta la digitalización del mercado laboral a América Latina y el Caribe?
Gracias a la aparición de las plataformas digitales que crean mercados de intermediación laboral más eficientes y de mucha mayor escala que los tradicionales, McKinsey estima que a la fecha al menos el 15% de la fuerza de trabajo independiente ha usado alguna plataforma digital bajo demanda para generar ingresos, pero que este porcentaje se está incrementando substancialmente cada año.
Un elemento significativo de los mercados laborales digitales es que los mecanismos de construcción de confianza, trazabilidad y verificación de la calidad son muy distintos de los círculos personales de confianza donde se gestiona tradicionalmente el empleo autónomo o independiente, lo que permite contratar servicios a profesionales que no conocemos pero que son verificados y supervisados por un algoritmo digital.
Trabajos web versus trabajos gig
Un ejemplo de los trabajos web serían los mercados digitales de trabajadores autónomos como diseñadores gráficos o consultores profesionales (Upwork o Amazon Mechanical Turk), mientras que un ejemplo de los trabajos gig serían los servicios de transporte o alojamiento (Uber o AirBnB).
McKinsey, en el estudio ya citado, plantea cuatro categorías de trabajadores gig dependiendo de si el trabajo es a tiempo completo o no y si se realiza por elección o por necesidad. Estos cuatro tipos son: perceptores ocasionales (40%), que utilizan el trabajo independiente para ingresos suplementarios y lo hacen por elección; agentes libres (30%), que eligen activamente el trabajo independiente y esta es su fuente primaria de ingresos; individuos con problemas financieros (16%), que complementan su trabajo con fuentes suplementarias por necesidad; y personas reacias (14%), cuya fuente de ingresos es el trabajo independiente, aunque preferirían empleos tradicionales.
Los trabajos gig en nuestra región
¿Cómo este creciente fenómeno está afectando ya y cómo se puede prever su influencia en el mercado laboral de América Latina y el Caribe? El crecimiento de los trabajos gig en nuestra región ofrece una oportunidad para desarrollar plataformas locales que permitan que nuestros países se posicionen en la economía digital. La innovación y el emprendimiento que subyacen en las plataformas de trabajos gig está unida a la competitividad futura de la región en los mercados globales de prestación de servicios digitales, por lo que una regulación demasiado restrictiva o reactiva seguramente afectaría a la competitividad digital de los países.
Como muestran distintos estudios en otras partes del mundo, existe un acelerado crecimiento de los trabajos gig intermediados por plataformas digitales que más pronto que tarde tendrá un correlato en el mercado laboral latinoamericano. Las instituciones públicas de América Latina deben innovar para poder proponer y liderar sistemas que aprovechen los datos e información sobre los trabajos gig para promover modelos de regulación y prestación de servicios de protección social adaptados no solo a la realidad digital, sino, en términos más generales, a un mercado laboral que está migrando hacia relaciones laborales cada vez más flexibles. Generando las siguientes preguntas:
*Este artículo cuenta con la coautoría de Erika Molina y César Buenadicha.
Erika Molina es economista graduada de Macalester College (Minnesota, EE. UU.) con una maestría en Políticas Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y una maestría en Desarrollo Económico Local de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Desde hace 9 años trabaja en el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Banco Interamericano de Desarrollo en Argentina, en el diseño y seguimiento de proyectos orientados a mejorar la calidad de vida de población vulnerable y la competitividad de micro, pequeñas y medianas empresas. Erika ha liderado proyectos sobre microfinanzas, desarrollo económico local, emprendimiento, economía circular, inclusión social y empleabilidad, entre otros.
César Buenadicha es especialista líder del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) dentro del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, DC. En su trabajo en el FOMIN ha liderado programas de innovación digital, economía colaborativa, crowdfunding, empresas sociales y negocios inclusivos en distintos países de la región latinoamericana. César es doctor en Economía en la UNED (España) con la tesis doctoral “Análisis de escalabilidad en los proyectos de desarrollo”, y es licenciado en Derecho y en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Comillas (ICADE E-3, en España). Durante diez años, César trabajó en Honduras, El Salvador y Bolivia en programas de desarrollo de la microempresa y empleo con la cooperación española y holandesa. Previamente, dedicó varios años profesionales al sector privado como abogado del despacho internacional Clifford Chance en Madrid.
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