AIMPLAS, el Instituto Tecnológico del Plástico, ha sido subcontratado por Bodega Matarromera dentro de este proyecto para realizar los diseños de los nuevos envases sostenibles así como el molde de la preforma y el molde de soplado de las botellas sostenibles. Posteriormente, se ha llevado a cabo también la caracterización del nuevo envase que gracias a un recubrimiento interior con óxido de silicio y se ha comprobado una mejora considerable de la permeabilidad a los distintos gases.
Este proyecto ha contado con fondos del programa EEA GRANTS, financiado por Noruega, Islandia y Lietchtenstein, así como por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, a través del CDTI. La investigación se enmarca dentro del compromiso de la empresa con la sostenibilidad ambiental, que además le permitirá una diferenciación y un aumento de su competitividad en nuevos mercados con una elevada concienciación medioambiental como es el caso de los países nórdicos, y más concretamente en las aerolíneas noruegas y escandinavas.
Un estudio del CSIC diseña cepas de la bacteria ‘Pseudomonas putida’ capaces de utilizar residuos plásticos como nutrientes para transformarlos en bioplásticos degradables o compostables
La contaminación de agua por mercurio y otros metales pesados –como el plomo, común en zonas mineras– la deja no consumible, pone en riesgo la salud de todo ser vivo y aumenta la posibilidad de deforestación en las riberas. Una investigación adelantada en el municipio de El Bagre (Antioquia), con agua del río Nechí, mostró la eficiencia –entre 99,64 y 99,77 %– de un método de remoción de mercurio empleando electrodos de aluminio. Este método “separa” el metal del agua, como si se tratara de aceite, dejándola lista para consumo humano.
Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha optimizado un sistema de ultrasonido para la extracción de compuestos beneficiosos para la salud a partir de residuos agroforestales. De esta manera, se podrán incluir como complementos nutricionales y farmacéuticos de una manera más asequible.
Desde hace más de 200 años el diamante ha estado en la cumbre de la escala de Mohs, la escala que mide la dureza de los minerales. Los diamantes son más que una piedra brillante, son el epítome de la dureza. Ahora puede que contemos con un mineral aún más duro, aunque por el momento, tan solo en la teoría.
Una enzima artificial basada en una proteína producida por una anémona que podemos encontrar en prácticamente cualquier costa española puede degradar el PET.
El ICMM-CSIC consigue optimizar la creación de materiales grafíticos, semejantes al grafeno, con aplicaciones clave para una energía sostenible como el almacenamiento de hidrógeno.