Es importante que esta capacitación se realice en un lenguaje ameno para todos los trabajadores antes de comenzar a desempeñar su labor dentro de la planta. Luego este conocimiento debe ser reafirmado con programas de entrenamiento periódicos. Los signos con imágenes de buenas prácticas son un buen método para reforzar la capacitación. Se deben exhibir en áreas donde es necesario que sean aplicadas.
Recuerde que los trabajadores pueden transportar patógenos internamente y sobre sus manos, piel y cabello. Por eso, en primera medida se debe promover la higiene personal para evitar contaminar accidentalmente los envases de comida, el agua, otros trabajadores, entre otros, trayendo como consecuencia que los alimentos transmitan enfermedades a los que lo consumen.
El pelo en los alimentos puede ser una fuente de contaminación microbiológica y física. De ahí que los empleados deban usar redes de pelo, cubiertas de barba y blusas de manga larga para asegurar la integridad del producto alimenticio. Los uniformes limpios, delantales y otras prendas exteriores ayudan a minimizar la contaminación.
Durante el trabajo, es importante que la ropa se mantenga en buen estado y limpia. Los artículos personales deben ser almacenados en un área de vestuario o sala de descanso que se encuentre lejos de las áreas de procesamiento.
No se debe permitir el uso de joyería dentro de la planta, ya que algún elemento de estos puede caer en el producto y representar un riesgo para el consumidor. Además, los empleados deben usar blusas de diferentes colores cuando pasan del área de elaboración sin procesar al establecimiento de procesamiento cocido, ya que así se mantiene la inocuidad en cada espacio. Para esto, deben pasar por un baño de pies desinfectante, ya que así se eliminan las bacterias de los zapatos.
Ningún empleado que presente alguna enfermedad transmisible o de contaminación microbiológica deberá trabajar en cualquier espacio donde haya una posibilidad de que los alimentos o ingredientes alimentarios puedan ser contaminados. El síntoma principal de una enfermedad transmitida por los alimentos es la diarrea. Otros síntomas incluyen fiebre, mareos, vómito y dolor de garganta. No se debe permitir que los empleados trabajen alrededor de la comida con estos síntomas.
La inocuidad es el elemento infaltable para que una planta funcione correctamente y sin contratiempos. A la vez, es la carta de presentación más importante que tiene la industria para estar en el mercado, ya que asegura que los productos lleguen al consumidor con todos los estándares de salubridad y calidad necesarias y reguladas por ley. De esta forma se fidelizan los clientes y se asegura el crecimiento de la compañía.
Escrito originalmente para la Revista IAlimentos
Un estudio del CSIC diseña cepas de la bacteria ‘Pseudomonas putida’ capaces de utilizar residuos plásticos como nutrientes para transformarlos en bioplásticos degradables o compostables
La contaminación de agua por mercurio y otros metales pesados –como el plomo, común en zonas mineras– la deja no consumible, pone en riesgo la salud de todo ser vivo y aumenta la posibilidad de deforestación en las riberas. Una investigación adelantada en el municipio de El Bagre (Antioquia), con agua del río Nechí, mostró la eficiencia –entre 99,64 y 99,77 %– de un método de remoción de mercurio empleando electrodos de aluminio. Este método “separa” el metal del agua, como si se tratara de aceite, dejándola lista para consumo humano.
Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha optimizado un sistema de ultrasonido para la extracción de compuestos beneficiosos para la salud a partir de residuos agroforestales. De esta manera, se podrán incluir como complementos nutricionales y farmacéuticos de una manera más asequible.
Desde hace más de 200 años el diamante ha estado en la cumbre de la escala de Mohs, la escala que mide la dureza de los minerales. Los diamantes son más que una piedra brillante, son el epítome de la dureza. Ahora puede que contemos con un mineral aún más duro, aunque por el momento, tan solo en la teoría.
Una enzima artificial basada en una proteína producida por una anémona que podemos encontrar en prácticamente cualquier costa española puede degradar el PET.
El ICMM-CSIC consigue optimizar la creación de materiales grafíticos, semejantes al grafeno, con aplicaciones clave para una energía sostenible como el almacenamiento de hidrógeno.