• Crucial, para el avance y generación de proyectos, así como el crecimiento de negocios e inversiones.

• Importante, para el arranque de una sociedad, el ingreso y salida de accionistas, o eventos relevantes como su venta total o parcial, o fusión con otro negocio.

"A menudo son proyectos viables e interesantes que sacrifican su potencial económico para las partes que lo idearon y desarrollaron, o que incluso, llegan a romper relaciones familiares o personales, debido a conflictos que podrían resolverse si se hubieran considerado y acordado reglas que brindan certeza a los accionistas", dijo José Ramón Ayala, Socio de la Firma especialista en derecho corporativo y fusiones y adquisiciones, y a cargo de la oficina de Querétaro y el Bajío.

"En un inicio -añadió- los accionistas consideran poco probable o nula la posibilidad de diferencias entre ellos pues están ilusionados con el proyecto y tienen su atención enfocada en otros temas, como el arranque y operación del negocio. Sin embargo, conforme el proyecto crece y se sofistica, pueden surgir diferencias que bien pueden ser provechosas para el negocio al sumar distintos puntos de vista, pero si no se tienen reglas claras y puntuales, incluyendo relacionadas con mecanismos de protección, de solución de conflictos o incluso de salida que dejen conformes a las partes, sin afectar al negocio, proyecto, o a los intereses de los accionistas, las diferencias pueden incluso terminar con el negocio no obstante las virtudes que tenga. Es afortunado que la legislación mexicana permita que los accionistas pacten reglas y las establezcan por escrito en documentos incluso de carácter público, lo que genera una gran certeza jurídica".

Por su parte, Guillermo Moreno, asociado especialista en derecho corporativo, explicó que es fundamental que cada proyecto tenga reglas claras para el arranque de una sociedad, el ingreso y salida de accionistas, o eventos importantes como su venta total o parcial, o fusión con otro negocio, a fin de garantizar su potencial y promover el consiguiente surgimiento de nuevos proyectos en un ciclo económico dinámico. "Durante la vida de una sociedad, es natural que se den movimientos que modifiquen las posiciones de los accionistas, por lo que resulta conveniente prever reglas para evitar complicaciones derivadas de tales movimientos, tales como la venta de acciones (e incluso las bases para determinar su precio), retiro de aportaciones por los accionistas, emisión de acciones con diferentes derechos sociales y de voto, resolución a falta de acuerdos, opciones para la sustitución de accionistas, aumento del capital social y la enajenación de acciones, entre muchas de las opciones disponibles", dijo.

Ambos especialistas explicaron que este tipo de acuerdos pueden establecerse en cualquier etapa de la vida de una sociedad, es decir, desde su constitución o en momentos importantes como la entrada de nuevos accionistas, el arranque o adquisición de una nueva unidad de negocio, la planeación sucesoria, o la transformación del tipo de sociedad.