En un día normal, nos levantamos y para desayunar en casa tomamos un brick de leche de nevera, tal vez le echemos una cucharada de café soluble y después acudamos al envoltorio de las galletas para no empezar el día con el estómago vacío. Ya en medio de la jornada laboral, por qué no tomarnos un refresco de la máquina, una botella de plástico de 500 ml, y una vez de vuelta a casa, por qué no cenamos algo ligero con una tarrina de yogur de postre.
Se puede decir que estos envases desechables son prácticamente lo mínimo que una persona utiliza al día. Todos acabarán en esa misma jornada o en posteriores en la basura. Si tenemos suerte se separarán para reciclar y cuando lleguen a la planta de reciclado se reducirán, para aprovechar una parte. Pero muchos de ellos acaban en sitios menos halagüeños, como vertederos descontrolados. Otro de estos lugares donde se vierten residuos es el mar y los océanos.
Las consecuencias de estos vertidos no siempre se ven. Sin embargo, existe un lugar que le pone rostro a toda esta contaminación. Se trata de la isla de basura o el continente de plástico, una región atestada de residuos plásticos en el Pacífico Norte.
La denominación "continente de plástico" no es caprichosa. La superficie de esta mancha acusadora difiere según quien la calcule. Puede ir de 0,5 millones de kilómetros cuadrados (el tamaño de España) a 1,4 millones de kilómetros cuadrados (aproximadamente, a la extensión de España, Francia y Alemania juntas), incluso a 15 millones de kilómetros cuadrados (el tamaño de toda Rusia).
El continente de plástico es una extensión de gran densidad repleta de fragmentos de residuos. Se forma por la acción de corrientes marinas, que arrastran allí una buena parte de los desperdicios que se arrojan al mar. De esta forma se han acumulado millones de toneladas de plásticos, que ya no son botellas ni envases. En realidad, la mancha se compone sobre todo de microfragmentos, que por su tamaño sirven para alimentar a la fauna marina, de forma que el plástico entra en la cadena alimentaria.
Su existencia se describió por primera vez en 1988 y, desde entonces, no ha hecho sino crecer. La basura proviene de la costa oeste de Norteamérica y de la costa este de Asia. Aunque se calcula que el 20% de estos desperdicios los expulsan barcos en el océano, mientras que el 80% restante corresponde a zonas terrestres.
Y el continente de plástico no está solo. En los últimos años se ha descubierto la "mancha de basura del Atlántico Norte" y otra isla de basura en el Pacífico Sur. El problema es de una magnitud enorme, pero existe investigación y proyectos destinados a paliar sus efectos.
Día Internacional de la Madre Tierra - 22 de abril
Los investigadores del MIT están desarrollando un sistema para reducir las emisiones de este potente gas de efecto invernadero en las granjas lecheras y otros sitios.
Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidad de Almería ha determinado la utilidad de la silicona para detectar la presencia de contaminantes procedentes de la combustión de combustibles fósiles, como la que producen los coches. Los expertos evalúan cinco posibles captadores de estos agentes nocivos y establecen un método barato, que no perjudica la actividad de la colmena, para medir la calidad del aire a unos ocho kilómetros a la redonda.
En los últimos años, se viene discutiendo la importancia de crear una ética, tanto en la creación como en el uso de la Inteligencia Artificial (IA), en el entorno digital. La importancia de este tema quedó patente durante el 2º Foro Mundial sobre la Ética de la Inteligencia Artificial, celebrado los días 5 y 6 de febrero de 2024 en Kranj, Eslovenia, donde se congregaron científicos, expertos, especialistas y empresarios. En el evento se compartieron múltiples experiencias que buscaron integrar las perspectivas del sector privado, el académico y la sociedad en general, con miras a establecer una normativa ética global que regule la creación de un ecosistema de IA responsable, en beneficio de toda la población.
Los expertos advierten del impacto del uso del suelo en la capacidad de retención y recarga de los acuíferos. Los cambios en el paisaje, especialmente en las cuencas hidrográficas, están alterando la tasa de infiltración de la precipitación, afectando directamente la cantidad y calidad del agua disponible para consumo humano y otros usos.
La FAO presentará sus principales iniciativas para la gestión sostenible de suelos en la región, como el mapa mundial de nutrientes suelos, el protocolo de evaluación del manejo sostenible de los suelos, el programa Doctores de Suelos, y los proyectos SOILFER, en Guatemala y Honduras, y SOILCARE en el Caribe.