Infraestructura de telecomunicaciones e informática. Los valores para Haití se representan en el eje derecho Fuente: Publicación del BID “Fábricas Sincronizadas”

Infraestructura de telecomunicaciones e informática. Los valores para Haití se representan en el eje derecho Fuente: Publicación del BID “Fábricas Sincronizadas”

Pero no todas las empresas en América Latina tienen la capacidad de hacerle frente a estos obstáculos e incertidumbres. Una infraestructura de transporte y logística inadecuada, en el mejor de los casos, aumenta los costos de operación para empresas como Basso y en el peor elimina de raíz las oportunidades para muchas empresas de la región de acceder exitosamente a cadenas globales de valor. Es por ello que mejorar la infraestructura logística de la región puede generar beneficios considerables.

El ejemplo de Basso es ilustrativo de los problemas que enfrentan muchas empresas en América Latina que desean incorporarse a cadenas globales de valor pero que carecen de una infraestructura de logística adecuada en sus países para apoyarlos. Por esta razón, estas empresas suelen enfrentar grandes dificultades en honrar sus compromisos de despacho y entrega.

"En el mundo actual, los compradores globales tienden a buscar proveedores situados en países con infraestructura logística de calidad para minimizar retrasos e interrupciones en la llegada de cualquier componente."

Todo esto es parte de la estrategia comúnmente denominada “lean production” (manufacturación ajustada) bajo la cual los compradores globales disminuyen sus costos reduciendo las tenencias de inventario al mínimo, pero con la consecuencia de que sus proveedores deben despachar los insumos con la precisión de un reloj suizo. Lógico…es la logística!

En el caso de Basso, por ejemplo, la empresa tiene que despachar el producto adecuado, al lugar correcto y en el momento preciso o correr el riesgo de ser eliminada como proveedor de la cadena de producción. Los riesgos de interrupciones y retrasos tienden a aumentar con la distancia, lo cual impone un reto importante para Basso dado que sus clientes suelen estar a más de 8.000 Km de distancia. Por esta razón, Basso tiene que orquestar un sistema logístico sofisticado de manera tal que sus clientes sientan que estas enormes distancias no son relevantes.

Pero no todas las empresas en América Latina tienen la capacidad de hacerle frente a estos obstáculos e incertidumbres. Una infraestructura de transporte y logística inadecuada, en el mejor de los casos, aumenta los costos de operación para empresas como Basso y en el peor elimina de raíz las oportunidades para muchas empresas de la región de acceder exitosamente a cadenas globales de valor. Es por ello que mejorar la infraestructura logística de la región puede generar beneficios considerables.

Un libro reciente del Banco Interamericano de Desarrollo sobre cadenas globales de valor titulado Fábricas sincronizadas estima que si América Latina mejora la calidad de sus puertos, aeropuertos e infraestructuras de telecomunicaciones hasta el nivel promedio observado en Europa, la inversión extranjera directa asociada a cadenas de valor podría aumentar, en promedio, un 20%.

Las políticas blandas, como la mejora de las oficinas de aduana, también son importantes. Para Basso, un evento que fue positivo para la competitividad de la empresa fue la apertura de una oficina de aduana en la ciudad de Rafaela. Para la empresa ha sido relevante el hecho de que cuando las válvulas salen de Rafaela, éstas ya están verificadas y aprobadas por la oficina de aduanas permitiendo un despacho mucho más rápido.

Desde los años ’80, los países de América Latina y el Caribe han implementado profundas reformas macroeconómicas que incluyen una apertura comercial sin precedentes. Para seguir con este proceso de internacionalización, los países de la región deben concentrarse en una serie de medidas menos llamativas, pero igual de importantes, que les permitan ser socios claves en las cadenas globales de valor. Empezando con la logística.