El artefacto que permite preparar alimentos con la energía del sol es una de las formas más sostenibles, seguras y limpias de cocinar, pues no contamina el medio ambiente y es de bajo costo.
Este producto es el resultado del curso procesos de manufactura 2, del pregrado en Ingeniería de Producción, que se exhibirá al público este miércoles 12 de noviembre, en el parqueadero contiguo a la cancha cubierta de la Universidad.
En la muestra, que iniciará a partir de las 10:00 a.m., las personas podrán observar cómo es posible calentar una taza de café, un agua aromática o cocinar cualquier tipo de alimento prescindiendo de la electricidad o el gas.
En estas cocinas la energía solar se acumula en el centro de una parábola, hecha de un material reflectivo, calentando los recipientes en los que se cocina la comida.
Según Gabriel Jaime Paramo Bermúdez, docente de la Escuela de Ingeniería, con este proyecto “se quieren explorar las energías sostenibles, aprovechar los recursos naturales y las fuentes energéticas”.
Al comparar este tipo de cocinas con las tradicionales, las segundas alcanzan un tiempo de cocción de 150 grados, mientras que las solares pueden llegar a fundir un metal, elevándose a temperaturas de 1000 grados, aunque en invierno no se puedan utilizar.
“La energía es tan potente que no podemos excedernos y hay ciertas normas de seguridad que se necesitan cumplir. Al utilizar la cocina se deben usar guantes para las manos y lentes de soldadura o gafas de sol para prevenir quemaduras o problemas en los ojos”, explicó el profesor Paramo.
Las 11 cocinas que se exhibirán en la muestra de proyectos tienen diferentes formas de desplazamiento, diseñadas por los estudiantes de Ingeniería, quienes fabricaron los artefactos en, aproximadamente, una semana.
La realización de la cocina solar fue una experiencia muy enriquecedora en mi formación como ingeniera de producción, ya que aplicamos los conceptos vistos en clase y en el laboratorio”, dijo Andrea Valencia Pérez, estudiante de Ingeniería de Producción.
Impacto social
Las cocinas solares, además ser innovadoras y muy positivas para el medio ambiente, son de gran ayuda para las comunidades menos favorecidas.
“Este proyecto tendría mucho impacto social, pues el sol es un recurso natural gratuito, lo que lo hace muy económico. También porque se usa energía limpia y se reduce la contaminación”, expuso Andrea Valencia.
Gracias al apoyo de EAFIT Social se logró realizar esta propuesta que, según Gabriel Paramo, complementa la misión de la Universidad: “formar ingenieros responsables con el tema ambiental, comprometidos con los recursos naturales y la parte social”.
Este producto es relativamente económico y, en teoría, se puede fabricar con un paraguas al revés o con una antena parabólica sin usar, aunque, en este caso, los estudiantes utilizaron como material principal un polímero con una película reflectiva de bajo costo.
“Nosotros hemos realizado un modelo con una buena presentación y se encontró un término medio, en cuanto a recursos, para hacer un producto funcional y estético”, agregó el docente.
Los estudiantes y profesores trabajaron en conjunto con José Ignacio Marulanda Bernal, integrante del proyecto Helios de EAFIT, que trabaja con sendas solares y, en el momento, se están investigando otros usos diferentes que se le podrían dar a las cocinas solares, entre estos la purificación del agua.
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