A esta conclusión se llegó en una investigación de la Maestría en Ciencias – Química de la U.N., de la cual se hallaron unos componentes esterólicos (sustancias que contribuyen a bajar el colesterol) que no se habían visto en otros hongos de este tipo.
La idea de analizar el componente químico de esta seta comestible surgió del proyecto realizado por Cenicafé (Centro Nacional de Investigaciones del Café) en el que se buscaron nuevos usos para los residuos del cultivo de café, que producen contaminación del suelo y del aire.
Una de las opciones fue el shiitake, con el que se tuvo buenos rendimientos y producción, en gran parte porque las propiedades físicas de estos desechos generan mayor compactación de los sustratos y mejores posibilidades de aireación.
No obstante, cuenta la magíster en Ciencias – Química de la U.N., Olga Lucía Benavides, no hay una cultura de consumo fuerte en el país de esta variedad de hongo.
Al revisar qué se iba a hacer con el cultivo, se enfatizó en las estructuras químicas de los esteroles, los ácidos grasos y fibras comestibles de la seta, claves para reducir el colesterol, fortalecer el sistema inmune y obtener una función antioxidante.
El objetivo, según la egresada de maestría, era identificar si el hongo cultivado en los residuos de café tiene o no estas sustancias, a través de procesos como el uso de solventes para extractos, la deshidratación de los hongos y el posterior análisis de cromatografía.
Pues bien, la investigadora estableció que además de los ácidos, las fibras y los esteroles presentes en el shiitake, hay un nuevo compuesto que no había sido reportado en este hongo cuando se ha cultivado en los residuos de café.
Se trata de un esterol polihidroxilado, es decir, que tiene muchos sustitutos de hidróxilo, lo que ha generado un mayor impacto desde el punto de vista investigativo, puesto que no solo podría influir en la parte de consumo alimenticio, sino que también conseguiría un mayor uso industrial.
“Desde la agroindustria, se le ve un potencial en la búsqueda de nuevos fármacos por medio de procesos biotecnológicos. Este esterol no presenta una estructura muy conocida y el objetivo es profundizar en ese posible uso y comprobarlo” añade Olga Lucía Benavides. Los esteroles de los hongos demuestran su importancia farmacéutica, por ejemplo, el ergosterol que se convierte en vitamina D y es fundamental para el metabolismo de calcio y fósforo.
“Los esteroles de hongos comestibles también son aptos para la elaboración de medicamentos esteroides”, resalta la investigadora.
El shiitake es muy conocido como alimento principalmente en Asia. De esta manera en China, durante la dinastía Ming, se le consumía para preservar la salud, mejorando la circulación y curando resfriados, lo que abriría su abanico de usos más allá del control al colesterol.
Un estudio del CSIC diseña cepas de la bacteria ‘Pseudomonas putida’ capaces de utilizar residuos plásticos como nutrientes para transformarlos en bioplásticos degradables o compostables
La contaminación de agua por mercurio y otros metales pesados –como el plomo, común en zonas mineras– la deja no consumible, pone en riesgo la salud de todo ser vivo y aumenta la posibilidad de deforestación en las riberas. Una investigación adelantada en el municipio de El Bagre (Antioquia), con agua del río Nechí, mostró la eficiencia –entre 99,64 y 99,77 %– de un método de remoción de mercurio empleando electrodos de aluminio. Este método “separa” el metal del agua, como si se tratara de aceite, dejándola lista para consumo humano.
Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha optimizado un sistema de ultrasonido para la extracción de compuestos beneficiosos para la salud a partir de residuos agroforestales. De esta manera, se podrán incluir como complementos nutricionales y farmacéuticos de una manera más asequible.
Desde hace más de 200 años el diamante ha estado en la cumbre de la escala de Mohs, la escala que mide la dureza de los minerales. Los diamantes son más que una piedra brillante, son el epítome de la dureza. Ahora puede que contemos con un mineral aún más duro, aunque por el momento, tan solo en la teoría.
Una enzima artificial basada en una proteína producida por una anémona que podemos encontrar en prácticamente cualquier costa española puede degradar el PET.
El ICMM-CSIC consigue optimizar la creación de materiales grafíticos, semejantes al grafeno, con aplicaciones clave para una energía sostenible como el almacenamiento de hidrógeno.