Crédito: Isaac Alcalá Nácar / Entrepreneur en Español

Hillhamn Salome tenía 19 años cuando decidió tomar un curso de bartender en el verano. Nunca se imaginó que eso se convertiría en un detonante para montar su propio negocio. Se trata de Flor de Luna, una destilería boutique ubicada en Bosques de las Lomas, Ciudad de México, productora de Xila, un licor de mezcal de chile ancho que el año pasado fue galardonado con el Gold SIP Awards, un reconocimiento que otorgan los consumidores a nivel internacional.

“Todo comenzó en casa cuando decidí crear 18 sabores de destilados saborizados. Hice por ejemplo un vodka de fresa, un ron de lichi y otros con piña y naranja. Un amigo los llevó a una fiesta y a la gente le encantó”, cuenta la emprendedora. Los pedidos no se hicieron esperar y la joven se dio cuenta que de ahí podía surgir un negocio.

Al principio todo era muy casero. Hillhamn usaba un ron comercial al cual le aplicaba un proceso de maceración. La gente le seguía pidiendo el producto pero ella quería hacer algo diferente a lo que existía en el mercado. Investigando, se apasionó por el mezcal y se dio cuenta de que no había un licor de mezcal saborizado.

“Existía ya un producto de chile ancho, pero era con base en alcohol de caña. Fue cuando decidí crear Xila, que además de chile ancho contiene lavanda, jamaica, piña, clavo y canela, lo que le da un toque muy especial”, comenta."

Pero al tener menos de 20 años y haber abandonado su primera carrera de Ingeniería en Desarrollo Sustentable, a sus padres no les agradó del todo la idea de que su hija se metiera de lleno al mundo de las bebidas espirituosas.

“Mi familia no toma y mi papá me decía que era un mundo muy corrupto y lleno de hombres. Que si lo iba a hacer empezara como una persona física con actividad empresarial y que no diera de alta una empresa sino hasta estar segura de que me iba dedicar de lleno a ello”, recuerda.

Pero el interés crecía más en ella y para demostrar que su producto tenía calidad y podía tener mercado decidió mandar seis de sus destilados a la competencia SIP Awards en Estados Unidos. Este es un certamen que reconoce internacionalmente los sabores y calidad de los licores y como en él las marcas de reciente creación compiten en igualdad de condiciones con firmas establecidas, el ganar alguno de los sellos que otorga el concurso puede significar la creación de una mejor estrategia de marca y tener mayores oportunidades de posicionamiento al intentar entrar a las barras de hoteles y restaurantes.

El ron de lichi y el licor de mezcal de chile ancho resultaron ganadores con plata y oro respectivamente. Entonces Hillhamn decidió concentrarse en Xila. “Me di cuenta de que en México no hay una cultura para los destilados saborizados, así que decidí abocarme a un solo sabor”, recuerda. Fue cerca de un año lo que les había costado perfeccionar la fórmula. Además, ya cursaba sus primeros semestres de la carrera de Creación y Desarrollo de Negocios.

Fotos: Isaac Alcalá / Entrepreneur en Español

Un homenaje a la mujer Además del sabor, su valor agregado sería hacer un producto orgánico, cuya certificación aún está en proceso, y utilizar técnicas sustentables en la producción. Por eso, usa un destilador solar, en vez de leña y carbón. Además, Hillhamn determinó que ante la discriminación que sufre la mujer en el sector, desde sus productoras hasta las embajadoras y distribuidoras de la marca serían mujeres.

“No somos bienvenidas a un bar, aunque seamos la jefa de la barra. Hay veces que no te toman en serio o solo quieren ligarte. El mundo de las bebidas alcohólicas es muy cerrado, pero vamos de a poco haciendo contactos y abriendo camino”, comenta."

En este sentido coinciden Paula García y Paula Carvallo, fundadoras de Barra México, evento anual que reúne uno de los encuentros más importantes de destilados en Ciudad de México. “El 80% de los bartenders son hombres, pero cada vez encontramos mujeres detrás de la barra y otras que están liderando proyectos increíbles como el de Hillhamn que se planta sola y está innovando en destilados con productos como Xila o un vermouth nuevo llamado Diablo, sus oportunidades son grandes sobre todo porque es una joven muy echada para adelante”, comentan.

Fue así que oficialmente Xila –que significa mujer en zapoteco– vio la luz en marzo pasado y con ayuda de sus embajadoras de marca comenzó a entrar a algunos restaurantes y tiendas. “Ha sido difícil por los contactos y porque es difícil entrar a las distribuidoras grandes”, reconoce la emprendedora.

Recientemente, Flor de Luna ya se constituyó como empresa y tiene distribución en La Castellana, El Liquor Store y algunas tiendas pequeñas del Bajío, Playa del Carmen y Monterrey. También tiene presencia en restaurantes como La Cervecería del Barrio y Jules Basement.

En dos años que lleva de operaciones Hillhamn reconoce que ha cometido varios errores: desde fabricar 1,000 etiquetas o pagar muy caro el desarrollo de su marca. “Empecé con 100,000 pesos y pagué muy caro a unos diseñadores por ejemplo, por lo que tuve que esperar a tener ventas para volver a reinvertir. Además, como todo lo quiero sustentable elegí una botella que no es tan fácil de manejar por los bartenders y que me dicen que se ve como una artesanía de pueblo”, dice la emprendedora.

Por ahora la producción es de 1,500 litros al mes. “Es más de lo que estoy vendiendo pero con eso estoy lista para comenzar a exportar, que son mis planes para cerrar el año”, comenta. Hillhamn ya cuenta con los permisos de la FDA y solamente está a la espera de los primeros pedidos. También mandó ya muestras a Europa, Asia y Australia. “Me voy a enfocar en el mercado exterior. Durante Barra México (celebrado en agosto pasado) intentaron comprarme el 51% de mi marca, pero este es un proyecto que quiero que siga siendo mío”, comenta.

Gracias a la carrera que estudia, desarrolló su plan de negocios y está ordenando su empresa. Ahora dice muy segura, “cuando emprendes lo primero que debes hacer es tener muy claro lo que quieres hacer porque si no vas a perder tiempo y dinero. Yo ya lo perdí, pero sé hacia donde quiero ir”.