Acabar con plásticos cuya descomposición lleva 500 años. Foto Pxhere.

Las medidas para proteger el medio ambiente no siempre van al ritmo que los ecologistas desearían. De hecho, siempre van muy por detrás de los plazos que se estipulan para frenar daños irreversibles a la naturaleza, pero de algún modo se acaba actuando. La Unión Europea, que está dando importantes pasos hacia el fin de las emisiones de los vehículos con motores de combustión, planea ahora acabar con el uso indiscriminado de plásticos no reutilizables en otros procesos.

Según contó Frans Timmermans, vicepresidente de la comisión, al periódico The Guardian, “la prioridad es acabar con plásticos en cuya producción se emplea 5 segundos, se usan durante 5 minutos, pero su descomposición lleva 500 años”. Es algo por todos conocido, y que desde siempre se ha transmitido en campañas educativas sobre la necesidad de mantener el medio limpio, y en esa línea se han tomado medidas como cobrar por las bolsas en los supermercados, de cara a reducir el impacto.

Según Timmermans, “si no hacemos nada, en 50 años tendremos más plástico que peces en los océanos“. Es ya un problema en multitud de zonas costeras, que se llenan de basuras y desechos cuando aumenta el oleaje. El plan de la Unión Europea para acabar con el plástico partirá de una inversión de 350 millones de euros, destinada a investigación para mejorar el reciclaje y desarrollar materiales alternativos que cumplan con lo requerido para envoltorios.

Aun así, la parte más importante y directa del plan, que planea reciclar un 55% del plástico para 2030 y que todos los envases sean aptos para el proceso, pasa, sobre todo, por educar. El ejemplo que pone el vicepresidente es bueno. Habla de que quizá haya que plantear un cambio de material para las pajitas de los zumos de los niños, o mejor, eliminar el uso de la pajita. No todo es cambiar hacia algo más ecológico, sino, quizá, plantear medidas que cambien nuestro comportamiento de consumo, y con ello, mejorar el trato al medio ambiente.

Incluso viéndolo desde un punto de vista muy egoísta, se observa que hay que actuar. Si animales que nos comemos, como es toda clase de pesacados, se alimentan de plásticos, ello llegará en algún momento a nuestro estómago, y ya sabemos que nuestro organismo no es muy agradecido con ese tipo de alimentación. Se generan 25 millones de toneladas de plástico al año, pero sólo se logra reciclar menos de un 30% del total.

por Antonio Sabán