El profesor de química Álvaro Duarte Ruiz asegura que en el futuro la nanotecnología hará aportes significativos a la ciencia y a la sociedad, y esta ciencia se fortalece con los avances de los premios Nobel. Miniaturas

Los fullerenos son la tercera forma alotrópica del carbono, y por su descubrimiento (por Harold Kroto, Robert Curl y Richard Smalley) fue otorgado el premio Nobel de Química en 1996. Fuente Agencia de Noticias UN

La Real Academia de las Ciencias de Suecia le concedió el Premio Nobel de Química al Francés Jean Pierre Sauvage, al británico Fraser Stoddart y al holandés Bernard Feringa por su trabajo en la elaboración de máquinas moleculares que contribuyen al desarrollo de la nanotecnología y la química supramolecular.

El trabajo de los tres científicos permite desarrollar ensamblajes supramoleculares que producen movimientos casi mecánicos en respuesta a algún estímulo específico, similar a las tareas realizadas con energía por las máquinas en el mundo macro. Las moleculares pueden llegar a ser utilizadas para desarrollar nuevos materiales, sensores y sistemas de almacenamiento de energía, según lo aseguraron los científicos galardonados.

De acuerdo con el profesor Álvaro Duarte Ruiz, del Departamento de Química, quien lidera el grupo de investigación en nanotecnología de la U.N. “Nuevos materiales nano y supramoleculares”, este Nobel representa un reconocimiento muy importante al trabajo que ha permitido mover las fronteras del conocimiento en nanotecnología y máquinas moleculares en el mundo.

“El trabajo desarrollado por estos profesores tiene que ver con las máquinas moleculares, en las cuales han estado trabajando desde hace varias décadas, desarrollos como los llamados rotaxanos, catenanos, anillos químicos entrelazados, nanocarro, nudos moleculares, entre otros. Aunque esta es una investigación básica seguramente contribuirá al desarrollo de nuevos materiales y al entendimiento de los mecanismos de autoensamblaje a escala nanoscópica”, afirmó el docente.

Por ejemplo, uno de los profesores ganadores del Nobel desarrolló lo que se conoce como el nanocarro, un “automóvil” cuyas “llantas” están elaboradas con moléculas de fullereno, un arreglo complejo a nivel molecular que simula un carro en el mundo macroscópico, hecho netamente en el laboratorio y que bajo algún estímulo se desplaza en la escala nanoscópica.

Dentro de las contribuciones que podemos resaltar de la nanotecnología está el desarrollo de los circuitos integrados y las pantallas táctiles, así como las luces led orgánicas de los celulares que le dan mayor nitidez a los colores de los teléfonos celulares.

Para el docente de la U.N. este premio es importante porque resalta una vez más la importancia de la nanotecnología, e incentiva más a los estudiantes e investigadores del mundo a continuar desarrollando nuevos materiales y nanomateriales.

En el grupo de investigación están trabajando en el desarrollo de nuevos materiales llamados MOF (Metal Organics Fameworks) y MOPs (Metal Organic Polyhedra) basados en los fullerenos, siendo estos el símbolo más importante de la nanotecnología, gracias a sus propiedades, que resultan supremamente interesantes.

Según el profesor Duarte, también estudian procesos de autoensamblaje en química supramolecular y reticular, como el proyecto “Diseño, síntesis y caracterización y estudio de nuevos derivados de fullereno C60 y C70”, financiado por Colciencias. “Esto quiere decir que en Colombia, aunque contamos con escasos recursos para hacer investigación, podemos desarrollar trabajos similares a los de los investigadores europeos o de Estados Unidos, y podemos hacer contribuciones significativas a lo que puede ser la tecnología del futuro”.

En nanotecnología existen algunas ideas que hoy son ciencia ficción, pero que en un futuro podrían hacerse realidad. Tal es el caso de los llamados “respirositos”, postulados por el profesor Robert Freitas. Se trata de estructuras o máquinas moleculares que, al tomarlas, darían oxígeno al cuerpo y así, por ejemplo, los buzos no tendrían que entrar al mar con tanques de oxígeno.

Igualmente existen otros desarrollos que no están tan lejanos de la realidad, y que incluso ya se han puesto en uso, como los aerosoles con nanopartículas que hacen que una superficie sea resistente a los rayones, o que las alfombras no se manchen, o que en una pared no se puedan hacer grafitis. Por otra parte, MagForce desarrolló, por ejemplo, un tratamiento completamente novedoso para el cáncer de cerebro, usando nanopartículas de óxido de hierro, con el cual no es necesaria una intervención quirúrgica.