Ser el mejor inventor de Colombia y creador de una de las innovaciones tecnológicas más destacadas, a nivel nacional, no es suficiente para Jorge Humberto Borrero López, estudiante de Magíster en Ingeniería Química de la Universidad del Valle.
Su invención, un método para la obtención de una fibra de celulosa de alta resistencia a partir de residuos de cosechas agrícolas, apta para la producción de papel, debía demostrar que era también viable, sostenible y rentable; y lo consiguió.
Jorge Borrero recibió por su empresa “Fibras Ecológicas”, basada en su desarrollo tecnológico, el Primer Puesto en la Categoría Internacional del XII Concurso Ventures Colombia, que reconoce emprendimientos de alto impacto relacionados con proyectos de base tecnológica fruto de investigaciones en universidades, y que en 2012 recibió más de mil proyectos.
Este premio le permitirá a Jorge representar a Colombia en el Venture Labs Investment Competition en la Universidad de Texas, Estados Unidos, en mayo de 2013. En dicho certamen, considerado una de las competiciones de inversión más importantes del orbe, estudiantes de posgrado de todo el mundo presentan sus planes de negocio ante grupos de inversionistas y multinacionales. El objetivo consiste en ayudarles a los emprendedores en su proceso de búsqueda de capital y de creación de empresas altamente competitivas.
Ciencia aplicada y proyección ecológica
La invención de Borrero le signicó obtener el “Premio Nacional al Inventor Colombiano 2011” y el “Premio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual – OMPI, al Mejor Inventor”, ese mismo año. Pero no todo quedó ahí. La singularidad del proyecto y sus alcances requieren una inversión económica importante, de ahí que, apenas se desarrollaban los trámites de patentes a nivel nacional e internacional, Jorge Humberto se empeñó, durante el 2012, en la estandarización de los procesos de su tecnología que le permitieran avanzar y producir en escala piloto muestras del papel de segunda generación, con todos los controles y validaciones técnicas.
Así nació “Fibras Ecológicas”, empresa que produce fibras de celulosa de alta resistencia de “segunda” generación utilizando un proceso diferencial oxidativo denominado SSOHE.
Fueron nueve meses de trabajo, dos fases de entrenamiento, un mes de asesorías y cuatro filtros de evaluación para conseguir el nivel que buscaba el Concurso Ventures, propuestas innovadoras y con miras a generar impacto económico, social y ambiental positivo para Colombia.
En septiembre de 2012 este emprendimiento ganó también la Convocatoria 560 de Colciencias con el que este organismo suministra recursos a modo de capital semilla y complementarios para la maduración de proyectos empresariales de base tecnológica.
“Con este emprendimiento demostramos que es viable dejar de cortar 1.680 millones de toneladas de árboles al año, y producir a su vez 356 mil millones de toneladas de papel en el mismo periodo; hay ahorro de agua, hay ahorro energético, porque se usan residuos de cosechas agrícolas; hay ahorro económico, pues es 37% más rentable que los métodos actuales usados por la industria papelera”, expresa Jorge Humberto.
Otra ventaja competitiva es que los productos adicionados al proceso son ambientalmente amigables, además de su bajo costo en el mercado; menos deforestación, menos costos de producción, disponibilidad de materia prima en grandes cantidades para cubrir toda la producción del país y aún más. “Tenemos todo para dar la mejor cara de Colombia ante el mundo en el foro de inversionistas en Texas”, concluye.
El equipo de PROMICON señala el camino hacia una bioeconomía sostenible a través de un informe de recomendaciones políticas y una campaña en redes sociales.
Un proyecto que cuenta con el apoyo de la organización para las migraciones enseña a peruanos y venezolanos técnicas de cocina y también cómo lanzar sus propios negocios gastronómicos. Después de estos cursos, algunas personas se insertan en el mercado laboral y otras generan nuevos emprendimientos.
La región de América Latina y el Caribe (ALC) se encuentra en una encrucijada entre la sostenibilidad ambiental y el desarrollo inclusivo, donde la gobernanza pública aparece como una pieza clave en la transición hacia una economía verde y más equitativa. En un contexto marcado por las desigualdades existentes, restricciones fiscales y una creciente desconfianza ciudadana, surge la pregunta: ¿Cómo se desempeñan nuestras administraciones públicas en estas áreas vitales para nuestro desarrollo económico y social?
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Dos de las claves que lo explican: los tipos de interés de EEUU y las compras de inversores chinos.
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