2016-06-28Turbulencia atmosférica extendería contaminación en Bogotá
Agencia de Noticias UN |Los métodos que se están usando para medir las zonas de contaminación de la capital subestiman la turbulencia, es decir, no tienen en cuenta el movimiento total del aire en la atmósfera.Esto fue lo que concluyó Edison Yesid Ortiz, estudiante de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.). Además, se dio a la tarea de establecer si la turbulencia atmosférica en Bogotá estaba determinada correctamente en los métodos que se utilizan para medir la contaminación de la ciudad.
Según explica el ingeniero Ortiz, la turbulencia es el movimiento propio de la atmósfera, que determina el grado de dispersión de los contaminantes.
En meteorología, el viento es uno de los principales factores que define la afectación de las emisiones en una zona específica. El viento cuenta con un movimiento turbulento y conocer el área total que ocupa ayudará a cuantificar la contaminación total.
“Una de las variables que determinan el movimiento de los contaminantes en la atmósfera se denomina turbulencia atmosférica. Entre mayor sea, la contaminación se desplazará más, no estará concentrada y aunque no será de un impacto tan grande, se va a esparcir más”, explicó el experto.
Para cuantificarla, se utilizó un medidor de velocidad de viento de alta frecuencia, que toma 10 datos por segundo y determina el movimiento de las partículas. Este fue ubicado en el IDRD (Instituto Distrital de Recreación y Deporte) durante cuatro meses.
El equipo utilizado está dotado con ultrasonido para conseguir mediciones rápidas. Además, por medio de los sensores, que se comunican entre sí, se midió el viento en diferentes direcciones, hacia arriba o abajo y ambos lados. Durante ese tiempo, se obtuvieron 300 millones de datos. Con esta información se logró hacer el análisis de los fenómenos de turbulencia en la ciudad.
Dentro de la caracterización, hay menor turbulencia en la noche, debido a que el fenómeno depende de la cantidad de energía que trae la radiación del sol. Dado que en la noche la radiación es poca y el viento disminuye, la turbulencia puede alcanzar niveles muy bajos.
Los datos fueron comparados con la información de los modelos de medición tradicionales en la ciudad.
Según la Secretaría Distrital de Ambiente, la contaminación crítica podría afectar cierta área, pero podría ser mayor, puesto que el viento está ocupando un mayor espacio mientras se mueve.
Con los datos recolectados, también se determinó el tamaño promedio de los remolinos en la atmósfera, que está entre 150 y 200 metros, desde que es creado por el viento, lo cual puede tardar de 5 a 10 minutos, según el tamaño, hasta que se destruyen, que toma tan solo 30 segundos.
“Según las mediciones en Bogotá, se tiene una buena dispersión, los remolinos se deshacen de forma rápida, lo que puede ayudar a que los contaminantes sean dispersen en menos tiempo”, añadió.
La hora de mayor contaminación en Bogotá está entre las siete y las nueve de la mañana, dado que se cruzan dos fenómenos importantes. El primero es la hora pico, momento del día en el que todo el mundo se mueve y las emisiones de fuentes móviles predominan; el segundo, el día atraviesa un proceso de transición meteorológico y la turbulencia es baja porque la radiación solar es mínima.
La investigación, dirigida por Rodrigo Jiménez, docente de la Facultad de Ingeniería de la U.N., sugiere que la contaminación en la ciudad podría estar llegando más lejos de lo que se pensaba, aunque con menor intensidad.
“La intención del proyecto es dar nuevos insumos para refinar los modelos de medición usados. Si nosotros entendemos mejor la meteorología, mejoramos el análisis de los datos y sabremos qué zonas se están afectado realmente”, concluyó.
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