Un medio de transporte que no necesita combustible, ni aceites, ni mantenimientos periódicos. Y que, además, no contamina.
Esa es la propuesta de Mauricio Aramburo Londoño, Manuela Calle Escobar y Juan Carlos Hernández Pérez, egresados del pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT y de Santiago Pérez Cardona, de Ingeniería Mecánica, quienes se unieron, en 2012, para realizar un proyecto de movilidad sostenible.
Los vehículos, con los que este grupo resultó ganador del Décimo Concurso Capital Semilla de la Alcaldía de Medellín, en 2013, están dirigidos a tres públicos: personas que transitan por las calles de la ciudad, utilizan carros de combustión o transporte público; empresas que realizan transporte de carga; y empresas que tienen flotillas de vehículos.
Funcionan con baterías que se cargan en la noche y que permiten su utilización en recorridos de aproximadamente 40 kilómetros. Los tiempos de carga van entre una a cinco horas dependiendo del cargador y de las baterías que se usen.
El valor de este recorrido es de 300 pesos por día, lo equivalente al precio de la energía con la que se cargan las baterías diariamente.
Pero el ahorro de dinero no es el único beneficio que ofrece este proyecto. Al reemplazar el combustible por energía se genera menos contaminación y, gracias al diseño compacto de este medio de transporte, el espacio que ocupa en las vías es mínimo, lo que se traduce en una posible mejora del tráfico.
“La vida útil del vehículo se basa en la duración de su batería, que dura cerca de seis años. Sin embargo, puede ser reemplazada por una nueva, lo que le permite que siga funcionando”, explica Santiago Pérez.
El costo promedio del automóvil depende de su diseño y oscila entre 4.000.000 y 6.000.000 de pesos. Actualmente se están fabricando 20 vehículos de prueba con los que este grupo de jóvenes emprendedores saldrá al mercado.
Innovación desde las aulas
En los talleres de EAFIT se gestó este proyecto de los cuatro ingenieros que pertenecen al Grupo de investigación en Ingeniería de Diseño (Grid) y que, con el reconocimiento del Concurso Capital Semilla, se convirtió en toda un estrategia de desarrollo empresarial.
La propuesta fue considerada innovadora porque tuvo en cuenta que los vehículos fueran aptos para la topografía de Medellín, pues muchos de los carros importados no funcionan bien en las lomas, las montañas o el tipo de carreteras que hay en la ciudad.
Gracias a la importancia del proyecto, a la utilidad que le brinda a la ciudad y a la capacidad de sus integrantes para exponer la idea, los jóvenes obtuvieron 15.000.000 de pesos que utilizaron en materia prima.
“Desde la parte académica y como grupo de investigación se ha puesto toda la plataforma para empezar a generar nuevas ideas que tengan un potencial de mercado”, concluye Ricardo Mejía Gutiérrez, docente del pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto, quien los acompañó en el proceso.
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Día Internacional de la Madre Tierra - 22 de abril
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