Ya nos lo han advertido muchas veces: debemos tomar acciones que beneficien al medio ambiente o veremos consecuencias graves muy pronto. Escasez de alimentos (incluida la cerveza) y desastres naturales serían tan solo algunos de estos efectos. Por eso debemos ser rápidos en recurrir a algunas soluciones amigables con el medio ambiente, como la energía solar.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) hace poco habló de esto. Señaló que lo ideal sería que para el año 2050 al menos un 70-85% de la electricidad en el mundo provenga de energías renovables. De lo contrario, puede que para esa época el daño sea irreparable.
A pesar de la relevancia del tema, sigue habiendo mucho desconocimiento al respecto. La gente del común no sabe cómo puede hacer un cambio en su consumo de energético ni por dónde empezar. Sin embargo, esto podría cambiar gracias a un grupo de expertos que quieren facilitar el acceso a esta información.
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La sostenibilidad se convirtió en la primera preocupación para el mundo actual, por esto las empresas de todo el globo tratan de adaptarse a los cambios.
Un equipo de la Universidad de Córdoba ha desarrollado una metodología que define el espacio cultivable entre módulos fotovoltaicos de dos ejes, con el objetivo de impulsar la reconversión a la producción agrivoltaica de plantas ya existentes. Usando como base una instalación fotovoltaica real ubicada en Córdoba, el modelo revela las zonas cultivables entre colectores.
Hace ya casi tres años, en junio de 2021, celebramos la llegada a las instalaciones de ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor experimental de fusión nuclear que un consorcio internacional liderado por Europa está construyendo en Cadarache (Francia), del solenoide central. Este componente es el corazón del complejo motor magnético del reactor, y no es otra cosa que un potentísimo imán superconductor con unas dimensiones colosales.
La molienda mecánica destaca por su relativa simplicidad, bajo costo y capacidad para llevarla a escala industrial, lo que la convierte en una opción idónea para fabricar paneles solares fotovoltaicos. Mediante esta técnica, ingenieros caracterizaron nanopartículas (de tamaños imperceptibles al ojo humano) de silicio y óxido de zinc que servirían para mejorar las celdas solares, es decir los dispositivos que convierten la radiación solar en energía eléctrica.
Un equipo de investigación del Instituto de Ciencia de Materiales de Sevilla y de la Plataforma solar de Almería (PSA-CIEMAT) ha validado un nuevo tratamiento en el proceso que utiliza la luz del sol para producir hidrógeno. Los resultados demuestran que se obtiene una mayor producción de esta fuente de energía limpia y con un menor coste, incluso en condiciones meteorológicas adversas.
En la región del polo sur de la Luna existen zonas donde nunca luce el Sol y otras donde siempre llegan sus rayos. Para que los vehículos puedan operar en esas condiciones, y con fondos de la Agencia Espacial Europea, investigadores de España y Reino Unido desarrollan sistemas que combinan paneles solares, baterías y generadores termoeléctricos de radioisótopos.