A partir del 2019, los talonarios y las facturas por computador serán cosa del pasado para las empresas. Desde ahora, sólo les quedan 11 meses para organizarse y ajustarse a la nueva norma que establece las condiciones de expedición e interoperabilidad de la factura electrónica.
Aunque la medida es inminente, la verdad es que muchas compañías no la conocen, otras se atemorizan frente al cambio y además de no estar preparadas, tienen grandes dudas acerca de sus beneficios reales y la perciben como una disposición coercitiva y una forma más de control fiscal.
Pero Claudia Camargo, Directora de Impuestos de la Firma BDO Colombia, asegura que “la facturación electrónica es un paso adelante para la simplificación de procesos y ahorro tanto de tiempo como de recursos para todas las empresas. Tanto las que emiten como las que reciben facturas, entrarán en un sistema unificado en el que comenzarán a trabajar todos con las mismas reglas y con un mismo lenguaje”.
“Tan solo pensemos en una empresa con 3000 clientes y los costos que debe asumir para emitir una a una sus facturas en papel o en computador, esto sin contar con los procesos de distribución y aprobación de cada una de ellas. Aquí, el beneficio que podemos ver es la disminución de costos a nivel financiero, y también el reajuste de sus procesos internos que les va a permitir ser más eficientes”, concluye la experta de BDO.
Quienes ya se han informado y se han convencido de estos beneficios, pueden comenzar desde ya el proceso estableciendo los recursos tecnológicos para implementarlo, que pueden ser contratados con uno de los 42 proveedores tecnológicos autorizados por la DIAN, o con sus propias soluciones, compradas o desarrolladas en sus departamentos TI.
En nuestro caso, afirma Camargo, “nos hemos aliado con INNAPSIS, una empresa Colombo Chilena con más de 10 años de experiencia en este proceso especializado, a nivel nacional y latinoamericano, con la cual prestaremos un servicio integral que incluye servicios complementarios de aseguramiento legal y tributario”.
Para avanzar, el siguiente paso es registrarse ante la DIAN como facturadores electrónicos voluntarios, luego de superar las pruebas tecnológicas establecidas por esta entidad. Una vez se entre en este nuevo esquema no tendrán derecho a renunciar.
Cabe destacar que a través del Decreto 1349 del año 2016, se reglamentó la factura electrónica como título valor y se establecieron toda una serie de normas con el fin de hacer factoring electrónico con ellas.
Finalmente, es de resaltar que las empresas, que hasta el año 2017 facturaban electrónicamente, tendrán plazo de actualizar sus procesos a la nueva reglamentación antes del 29 de junio del presente año, y si emiten más de 3 millones de facturas al mes tendrán plazo de hacerlo hasta el 29 de septiembre 2018.
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