El proyecto RepescaPlas, que comenzó en enero de 2018, ha completado su primera anualidad con un balance de más de 3000 kilos de basuras marinas recuperadas de las aguas de los puertos de Marín y Vigo en Galicia y de Gandía en Valencia. Siguiendo la metodología desarrollada en la plataforma MARNOBA se han caracterizado por tipologías casi 8000 objetos contabilizados y clasificados según categorías y tipos. Posteriormente, se ha desarrollado un estudio ecotoxicológico de distintos tipos de residuos con resultados negativos en todos los casos excepto en un tipo de red de pesca.
La segunda anualidad del proyecto, que ha comenzado este mes de febrero, profundizará en estos resultados para observar si esta toxicidad es debida al material, a los aditivos o por elementos que se adsorben al mismo durante su estancia en el medio marino. Además, buscará una solución a la valorización de este tipo de residuos que actualmente resulta compleja en su tratamiento por la degradación que presentan por su exposición al medio marino.
“Se trata de materiales muy heterogéneos, porque al ser consecuencia de una mala gestión, lo que podemos encontrar en los mares y océanos puede proceder de orígenes muy diversos."
“Se trata de materiales muy heterogéneos, porque al ser consecuencia de una mala gestión, lo que podemos encontrar en los mares y océanos puede proceder de orígenes muy diversos. Además, estos materiales están expuestos a las adversidades meteorológicas así como a las condiciones ambientales que presentan los mares”, explica Sonia Albein, investigadora principal del proyecto en AIMPLAS. Al mostrar una degradación elevada, los polímeros pierden parte de sus propiedades físico-mecánicas de origen, por lo que, en algunos casos, la simple trituración de algunos de ellos resulta mucho más costosa si lo comparamos con un residuo procedente del contenedor amarillo.
“El uso conjunto de estos residuos con los terrestres bien gestionados no es óptimo, ya que derivaría en una bajada actual de eficiencia de separación y de calidad de producto final obtenido. Es por ello que en esta segunda fase del proyecto tenemos contemplado como punto principal el estudio de viabilidad para la realización de un pretratamiento en planta de selección de este tipo de residuos, entre otras cuestiones”, asegura Albein
El Proyecto RepescaPlas se desarrolla con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica, a través del Programa pleamar, cofinanciado por el FEMP.
AIMPLAS es el Instituto Tecnológico del Plástico ubicado en Valencia y está inscrito en el Registro de Centros Tecnológicos del Ministerio de Economía y Competitividad. Pertenece a la Federación Española de Centros Tecnológicos, FEDIT, y a la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana, REDIT.
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La preocupación hacia los nano y microplásticos y su impacto en el medio ambiente y la salud de los organismos vivos ha aumentado considerablemente. Actualmente, no existe una metodología de análisis estandarizada para estudiar la presencia de estos, pero las autoridades ya comienzan a restringirlos. Además, existe un obstáculo clave que impide realizar las pruebas oportunas sobre los micro y nano materiales: la disponibilidad limitada de materiales caracterizados y trazables biológicamente. Por tanto, para poder continuar con esta línea de investigación es necesario disponer de partículas que sirvan de referencia, es decir, que conserven la naturaleza química del material y que tengan el tamaño de partícula adecuado.
AIMPLAS avanza en nuevas tecnologías para la descarbonización y la transición energética de la industria y el transporte, a través de dos proyectos de investigación y desarrollo financiados por el Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i) y los fondos FEDER.
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