Francisco Zunzunegui, Presidente de Flacema Image: FLACEMA

«Una empresa fuera de la Economía Circular es una empresa sin futuro»

Esta es una de las claves subrayadas en la jornada Economía Circular y Sostenibilidad: una oportunidad para la empresa andaluza, celebrada en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y que contó con la participación de Francisco Zunzunegui Fernández, presidente de Flacema, Fundación Laboral Andaluza del Cemento y el Medio Ambiente.

En palabras de Zunzunegui durante este encuentro, “la industria cementera española es tan eficiente como la que pueda haber en otros países que se consideran referentes en el mundo, puesto que hemos apostado por el desarrollo sostenible. A pesar de que es un concepto ahora en boga, la economía circular no es término novedoso para nuestro sector, por eso no hablamos de él en futuro, sino en pasado, porque es algo que ya llevamos más de una década aplicando”. Dicho concepto plantea la importancia de pasar de un modelo de economía lineal a otro circular, donde los recursos, productos y servicios se reutilicen y vuelvan a la cadena de producción, de modo que aporten el máximo valor durante el mayor tiempo posible.

¿Cree que las empresas andaluzas están preparadas para asumir el reto de la sostenibilidad?
La sostenibilidad es, además de un reto económico, una responsabilidad empresarial, debe formar parte de la propia razón de ser y filosofía de las compañías, principalmente de las de carácter industrial, ya que es un deber para todas ellas llevar a cabo su actividad de una manera respetuosa con el medio ambiente. Una empresa que se coloca hoy en día fuera del ámbito de la Economía Circular o que no tiene un comportamiento ambiental adecuado es una empresa sin futuro. Y, en Andalucía, esto se está poniendo en práctica de la mejor forma posible, al mismo nivel que en otras zonas industriales punteras dentro y fuera del territorio nacional.

¿De qué manera promueve el sector cementero la Economía Circular?
Además de cumplir con todos los parámetros ambientales que marca la ley, la forma más efectiva en la que este sector contribuye al fomento de la economía circular es a través de la recuperación, reciclaje y reutilización de residuos para integrarlos en nuestro proceso productivo, de modo que evitamos que su vida final esté en el vertedero.

Esto es lo que se conoce como valorización energética de residuos, que consiste en la sustitución de combustibles fósiles por otros derivados de residuos que no pueden reciclarse ni reutilizarse de otro modo. Es una solución eficiente, segura y respetuosa con el medio ambiente, a la hora de tratar determinados residuos, evitando su envío a vertederos y disminuyendo a la vez las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta está considerada como técnica de referencia en Europa dentro del ámbito de la economía circular y en España tenemos fábricas con un grado de sustitución de combustibles fósiles por otros derivados de residuos que alcanza ya el 70% o el 80%.

En países como Reino Unido o Alemania se imponen tasas muy altas al depósito de residuos en vertederos, por eso se presta una gran atención a la valorización. En España, sin embargo, el 57% de los residuos sólidos urbanos van a parar a los vertederos y, en Andalucía, esta cifra crece hasta el 74%. Esto supone un problema cada vez más mayor, pero estamos trabajando para revertir esta situación. En este sentido, durante el año 2016, un 22,5% de la energía aportada al proceso de producción por parte de las fábricas de cemento andaluzas se obtuvo a partir de combustibles alternativos, evitando así la emisión a la atmósfera de unas 67.191 toneladas de CO2 procedentes de combustibles fósiles.

Pero aún se dan ciertas paradojas, ya que, por motivos ajenos a los estrictamente empresariales, hay tres fábricas de cemento ubicadas en Andalucía –la de Cementos Portland Valderrivas, en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), la de Cementos Cosmos, en Niebla (Huelva), y la de Votorantim, en Córdoba– que, a pesar de contar con los profesionales más cualificados y de mostrar un compromiso activo con su entorno, tienen ciertas dificultades para poder valorizar con normalidad, y conseguir así mejorar su competitividad en el mercado nacional e internacional, donde ya se hace habitualmente.

¿Por qué se produce esta desventaja frente a otras fábricas de cemento españolas?
Hay un debate social muy interesante en torno a este tema, porque el cemento, del mismo modo que otros productos industriales, son muy necesarios para el progreso de nuestra sociedad, forma parte de nuestro día a día, de la mejora de nuestra calidad de vida. Sin embargo, pese a ser conscientes de este hecho, existe un rechazo automático a que el proceso de fabricación de este u otro producto tenga lugar en nuestro entorno, el llamado “Not in My Backyard” o “NIMBY”, una expresión que hace referencia precisamente a la oposición de uno a la ubicación de algo considerado necesario, pero no deseable, a las puertas de su casa.

El compromiso de todas las empresas que forman parte de Flacema con nuestro entorno es, no obstante, absoluto. Por eso realizamos una apuesta constante por la innovación, no solo orientada al incremento de la productividad, sino también a desarrollar una actividad cada vez más sostenible. En nuestras plantas acometemos de forma periódica procesos de modernización con los que adoptamos siempre las mejores técnicas disponibles. Pero debemos seguir trabajando para que este compromiso sea percibido también en las comunidades locales en las que operamos.

Autor

FLACEMA

La Fundación Laboral del Cemento y el Medioambiente (FLACEMA) nació en 2003 por iniciativa de las empresas cementeras de Andalucía y los dos sindicatos más representativos. Es una entidad sin ánimo de lucro y de carácter paritario, de la que forman parte las citadas empresas cementeras que operan en Andalucía.