Markus Brettschneider de ABB, explica a continuación de qué forma los pequeños fabricantes de alimentos pueden aprovechar las ventajas de la tecnología digital de bajo coste.

Cuando a mediados de los 80 aparecieron en el mercado los primeros teléfonos móviles, uno de estos equipos podía costar en torno a los 4 000 dólares, unos 10 000 dólares actuales. Markus Brettschneider, vicepresidente sénior del grupo y director general para aplicaciones en el sector mundial de bebidas y alimentos de ABB, explica a continuación de qué forma los pequeños fabricantes de alimentos pueden aprovechar las ventajas de la tecnología digital de bajo coste.

Cuando se presentó el primer teléfono móvil en 1983, esta tecnología de vanguardia estaba reservada a empresarios de alto nivel y a la élite social. Posteriormente, el descenso de los costes asociados a estos equipos ha convertido a los teléfonos móviles en la más común de las tecnologías actuales. De hecho, las cifras de las telecomunicaciones en 2014 publicadas por la ONU revelaron que hay casi tantos teléfonos móviles como personas en el mundo.

Esto es indicativo de la tendencia tecnológica conocida como precio ajustado a la calidad, estrechamente vinculada a la ley de Moore desde el punto de vista conceptual. Mientras que la tecnología avanza a un ritmo que permite aumentar el rendimiento año tras año, su coste disminuye a un ritmo similar.

Esto supone una magnífica oportunidad para las pequeñas empresas, ya que les permite aprovechar las ventajas de las últimas tecnologías que hasta ahora solo estaban al alcance de las grandes empresas. En el sector de la producción de alimentos, por ejemplo, ha habido un aumento notable en el uso de software y de nuevas tecnologías digitales por parte de un mayor número de empresas. Hoy en día, empresas de todos los tamaños pueden beneficiarse de las ventajas que ofrece la digitalización en términos de eficiencia y productividad.

La planta digital de alimentación

Mientras que los equipos y la robótica resultaron fundamentales para modernizar las plantas en las pasadasdécadas, el auge del uso industrial del Internet de las cosas (IoT) ha puesto de relieve la importancia del software y del análisis. Sin ir más lejos, muchos responsables de planta usan actualmente soluciones digitales para monitorizar el estado de los equipos y resolver los problemas relacionados con el rendimiento.

Por ejemplo, la mayoría de las plantas de procesamiento han automatizado una parte de la línea de producción, como mínimo, con la incorporación de una cinta transportadora. Como cualquier otra pieza del equipo, una parte de este sistema se desgastará gradualmente debido a su uso continuado. En el caso de componentes críticos como el motor, esto implica una disminución paulatina del rendimiento y un más que probable aumento de los periodos de inactividad debido a las roturas.

Por lo tanto, los responsables de planta deben adoptar medidas para realizar mantenimientos preventivos que les permitan hacer frente a las posibles deficiencias antes de que estas se conviertan en un problema. Y para hacerlo de manera eficaz deben garantizar la precisión de los datos procedentes de los motores de baja tensión de la cinta transportadora.

En lugar de invertir en nuevos sistemas que incluyan las funciones del IoT, las empresas pueden instalar sensores multifunción para recopilar y analizar los datos de rendimiento.

Por ejemplo, el sensor para motores Ability Smart Sensor de ABB permite que los técnicos digitalicen las plantas de producción de alimentos con una inversión mínima. Estas unidades se acoplan directamente en la carcasa del motor y monitorizan aspectos clave del rendimiento, como la temperatura y la vibración. Posteriormente, esta información se envía a la nube, donde se analiza y se utiliza en los informes que generan los técnicos de planta.

Estos datos facilitan una nueva visión del estado de los motores que se emplean en la producción, ya que permite pasar del mantenimiento reactivo al mantenimiento predictivo. Con un sencillo sistema de “semáforos” con sus características luces en color verde, amarillo y rojo, es fácil deducir el estado de los motores.

Del mismo modo que los teléfonos móviles ya no son exclusivos de los directores de las principales firmas bursátiles, la digitalización ha dejado de estar reservada a las grandes empresas de producción de alimentos. Invirtiendo en los equipos correctos, los responsables de planta pueden comenzar a integrar las ventajas de la tecnología digital a un ritmo y con un presupuesto adecuados a su producción.