El sistema tributario colombiano mutó en un adefesio, difícil de entender para cualquiera. Los empresarios colombianos debemos hacer una serie de cálculos para liquidación tributaria y parafiscal que implica más de 200 formas en el año, cada uno con sus propias tablas, codificación, condiciones y reglas, sujetas a interpretación. Esto además de tener que realizar una doble contabilización tributaria, una para la DIAN y otra de las NIIF.

Reto: Invito al Ministro Carrasquilla y al nuevo director de la DIAN a seleccionar 3 de sus mejores empleados y con cada uno calcule, de manera independiente la liquidación tributaria y parafiscal de 1 mes, de 1 o 2 de empresas de cualquier tamaño o sector. ¡El reto es que todos obtengan el mismo resultado!

Enseguida traten de hacer el pago en las múltiples plataformas (DIAN, SOI, etc.) y les funcione. Para finalizar, un funcionario de la UGPP, la DIAN u otro ente de control, los cita a rendir cuentas; si cometieron algún error o no están acorde a su interpretación, su declaración se indica como no presentada, se multa e imponen intereses de mora.

Imagine ahora a un empresario cualquiera, ¿Cometerá algún error? ¿Porque seguir alimentando este sistema, que es un enredado monstruo, que se presta a diferentes interpretaciones e induce errores?

En esta involución del sistema tributario, un principio elemental se olvidó: El sistema más efectivo de auditar, es el más simple de calcular.

¿Qué tal si en cambio de continuar alimentando el esperpento actual, se transforma por completo?

¿Qué tal si en cambio de continuar alimentando el esperpento actual, se transforma por completo? Qué tal si se experimenta en un grupo piloto el Mono-tributo sobre las ventas y la administración se encarga de repartirle a todos los interesados: ciudad, departamento, nación, SENA, caja, ICBF, Cámara, etc.

Para la DIAN sería muy fácil hacer el control, apoyados en diferentes tecnologías de información, monitorean solo las ventas y el respectivo pago, con lo cual controlar la evasión sería mucho más fácil y su foco sería como controlar las ventas y como todos debemos registrarlas. Con seguridad, su tamaño se podría reducir y su paquidérmico funcionamiento mejorar.

En las empresas, el departamento contable se enfocaría en generar valor a los empresarios y clarificar sus estados financieros y no en hacer infinidad de cálculos, sujetos a diferentes interpretaciones.

Para los beneficiaros de parafiscales (cajas, SENA, fondos, Cámara de Comercio, etc): en lugar de estar fiscalizando a cientos de empresas dispersas, se enfocaría en un solo ente que es quien administra y gestiona todos sus recursos. Su labor con las empresas no se enfocaría en cobro, sino en real apoyo e identificación de sus necesidades.

En lugar de ser vigilados por el Estado, todos pasamos a vigilarlo, pero fundamentalmente todo el sistema es más fácil de controlar. Los empleados vigilan las empresas no evada ventas y es más simple evidenciarlo. Los beneficiarios de los recursos no persiguen al empresario, al contrario, le ayudan a que genere más, porque ellos se beneficiarán; así mismo serán los mismos contralores porque el Estado tiene sus recursos.

No voy a discutir la tasa o si por ejemplo un productor de panela debe pagar igual que un comercializador de autos lujosos. Por su puesto que debe ser diferente, pero con seguridad podrá estructurarse un esquema muchísimo más simple, que el vergonzoso sistema actual.

Reto 2: Será que podemos hacer un experimento para ayudar a los empresarios a pagar más fácil. Qué tal un acuerdo de transición, donde una compañía, se acoge a este mecanismo por un periodo experimental.

No se está proponiendo impunidad tributaria o que se reduzcan tasas, es que se simplifique el sistema, que se facilite y sea más efectivo para todos y en particular permita a las empresas enfocarse en general valor y mayor tributación y a los entes de recaudo hacer más eficaz su labor.

No sé cómo vaya a quedar el sistema, pero invito a una reflexión profunda, a pensar diferente, a que se rediseñe totalmente el sistema y a quienes lo realicen, al final del ejercicio, escojan un grupo de empresarios y con ellos hacer la liquidación. ¡Si tarda más de 45 minutos fracasaron!

Nelson Fernando Mariño M.Sc [email protected] Gerente Decisiones Logísticas.