Habilidades a diferentes ritmos. Fuente BID.

Pasaron los años y Elsa se graduó de la universidad, mientras que Rodrigo no terminó la escuela secundaria y comenzó a trabajar de inmediato. A los 25 años, ambos se encuentran trabajando. Aunque Rodrigo probablemente acumuló habilidades mientras ampliaba su experiencia laboral, asistir a la universidad le dio a Elsa valiosas habilidades académicas. Por lo tanto, parten de diferentes puntos en términos de su capital humano acumulado.

¿Tendrán Elsa y Rodrigo distintos resultados?

Dependiendo del tipo de empresa en la que terminen trabajando, Elsa y Rodrigo podrán seguir acumulando habilidades a diferentes ritmos. Digamos que los protagonistas de esta historia pueden trabajar en dos tipos de empresas: una de alta productividad o una de baja productividad. Si se desempeñan en una empresa de alta productividad, acumularán habilidades relativamente rápido. Si, por el contrario, trabajan en una de baja productividad, esta acumulación será más lenta.

Trabajar en una compañía de alta productividad marca una diferencia tanto para Rodrigo como para Elsa (en comparación con trabajar en una de baja productividad). Los diferentes niveles de habilidades iniciales son importantes, pero trabajar en una firma productiva puede aumentar los ingresos para ambos tipos de trabajadores.

Políticas de desarrollo de habilidades

¿Qué tiene que ver esto con las habilidades? Mucho, porque las políticas de desarrollo de habilidades pueden ayudar tanto a Rodrigo como a Elsa. Con políticas de entrenamiento en habilidades socioemocionales y técnicas o con una primera experiencia de trabajo en el sector formal, se puede ayudar a Rodrigo cuyo caso (comenzando en una situación desfavorable) es muy común en América Latina y el Caribe. Mejorando sus habilidades, Rodrigo podrá mejorar su situación y conseguir un buen trabajo, a pesar de haber iniciado su camino con un nivel inferior de habilidades.

Pero no solo Rodrigo necesitará desarrollar habilidades. Para poder sobrevivir en un mercado de trabajo en constante cambio, Elsa también tendría que mejorar sus habilidades. Aunque la adquisición de habilidades a menudo se asocia con la educación, el sistema educativo es solo una forma en la que los individuos desarrollan sus habilidades. Mientras que las personas suelen abandonar el sistema educativo a una edad relativamente temprana, como adultos debemos seguir aprendiendo y acumulando habilidades. Por eso, aunque Elsa cuenta con un buen nivel educativo, deberá seguir entrenándose toda la vida para poder estar al día y seguirle el paso al mercado laboral.

La tecnología siempre ha cambiado la naturaleza del trabajo, pero la velocidad a la que la está evolucionando ahora es mucho más rápida que nunca. Para mantenerse al día con las demandas cambiantes que provienen de este cambio tecnológico, todos los trabajadores deben actualizar sus habilidades durante toda su vida. La reciente publicación del BID, Aprender mejor: políticas públicas para el desarrollo de habilidades es una guía para saber cuáles son los mejores programas y políticas públicas para desbloquear el talento de la región con mejores políticas de desarrollo de habilidades que preparen a todos (niños, jóvenes y adultos) para los trabajos del futuro.

*Este artículo cuenta con la coautoría de Oscar Mitnik, economista principal en la Oficina de Planificación Estratégica y Efectividad en el Desarrollo (SPD) del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Entre sus posiciones previas fue Economista Financiero Senior en la Federal Deposit Insurance Corporation, y Profesor Asistente en la Universidad de Miami. Sus áreas de investigación son los determinantes y efectos de políticas sociales públicas tanto en países en desarrollo, como en países desarrollados, y métodos econométricos de evaluación de impacto. Sus publicaciones se han centrado en programas orientados a individuos de bajos ingresos, analizando sus impactos en participación laboral y salud, y efectos inter-generacionales. También ha investigado sobre factores de economía política que determinan las políticas públicas, sobre políticas de personal, y aspectos econométricos relacionados a pruebas de estrés de instituciones financieras. Como parte de su trabajo en el BID ha trabajado en la evaluación de impacto de políticas activas para el mercado laboral, de intervenciones de transporte y de programas de crédito para pequeñas y medianas empresas. Tiene un doctorado en Economía de la Universidad de California, Los Angeles (UCLA).

Autor Laura Ripani Laura Ripani es especialista líder en la División de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se especializa en el área de mercados laborales, con particular interés en la mejora de oportunidades en los mercados laborales para jóvenes. Ha publicado ampliamente en revistas académicas en las áreas de mercados laborales, protección social y educación. Antes de formar parte del Banco, trabajó para el Banco Mundial en proyectos relacionados con la pobreza y los mercados laborales en América Latina. Cuenta con un Doctorado y una Maestría en Economía de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, y tiene una Licenciatura y una Maestría en Economía de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina.

Escrito originalmente para el BID.